Infecciones mamarias: hechos que toda mujer necesita saber

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La mastitis suele ser una inflamación infecciosa que afecta los tejidos del pezón o el seno. En respuesta, la sensibilidad de los senos de una mujer a la presión aumenta. Las infecciones mamarias representan una amenaza no solo para la vida de la madre, sino también para el bebé.

¿Cómo entran los patógenos en la glándula mamaria?

Aproximadamente el 1% de todas las mujeres sufren de infecciones mamarias después del parto. La succión y la saliva de un niño lesionan el pezón y los tejidos cercanos. Por lo tanto, las mujeres a menudo tienen dolor en la piel en esta área cuando están amamantando. Las lesiones y los cambios en la piel permiten que las bacterias migren a lo largo de los conductos lácteos, lleguen al interior de la glándula mamaria y causen inflamación.

Las bacterias ingresan a la glándula mamaria desde la boca del bebé o desde el cuerpo de la madre. La transmisión de patógenos es estimulada por la lactancia materna.

Con intervalos prolongados entre dosis individuales de leche, el riesgo de infecciones mamarias aumenta en un 32%.

La inflamación de la glándula mamaria se manifiesta por dolor, enrojecimiento y sobrecalentamiento del seno afectado. A menudo, la temperatura se eleva a 40 ° C, que se acompaña de escalofríos y malestar grave.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Los principales factores de riesgo son los conductos lácteos, verrugas o quistes y nódulos patológicamente dilatados en la glándula mamaria. Los cambios fibroquísticos con mayor frecuencia aumentan el riesgo de infección mamaria.

Factores menos significativos:

  • cambios hormonales (terapia de reemplazo hormonal para los síntomas de la menopausia);
  • tomando sedantes;
  • enfermedad de tiroides;
  • fumar cigarrillos

La mastitis tiene un alto riesgo de recaída, es decir la enfermedad puede aparecer nuevamente incluso después de la recuperación completa.

Las enfermedades recurrentes conducen a la formación de fístulas, que conectan pasajes entre el foco de inflamación y la superficie de la piel.

¿Es posible prevenir las infecciones mamarias?

Para prevenir la mastitis posparto, es suficiente cumplir con 4 recomendaciones:

  1. lavar los pezones diariamente con agua limpia (sin jabón que irrita la piel);
  2. abandone por completo la limpieza y desinfectantes en el área del pecho, ya que causan irritación de la piel;
  3. después de amamantar, permita que la última gota se seque sobre el pezón, ya que la leche materna forma una película protectora sobre la piel;
  4. use almohadillas especiales para los senos después de cada lactancia.

¿Qué pasa si hay signos de infección?

Si se ha producido inflamación de la glándula mamaria, primero se recomienda aplicar medidas generales: enfriar el pecho y las compresas. También es importante vaciar regularmente la leche amamantando al bebé. Actualmente, los médicos no recomiendan un descanso en la lactancia. Para no cargar al bebé con bacterias durante la lactancia, a veces se recomienda una terapia antibacteriana adicional con penicilina.

Nuevamente, no es necesario interrumpir la lactancia porque los antibióticos se encuentran en un grado limitado en la leche.

En casos raros, la enfermedad puede conducir al desarrollo de un pus más grande (absceso) en el pecho.

La mastitis que ocurre independientemente de la lactancia materna es muy rara. También es causada por bacterias patógenas que invaden el tejido glandular. Cómo exactamente esto sucede no se entiende completamente.

La mastitis, que no depende del parto, generalmente causa menos síntomas. La fiebre y el malestar general son extremadamente raros. Sin embargo, la enfermedad también provoca enrojecimiento y endurecimiento del seno afectado. En raras ocasiones, se desarrollan grandes abscesos purulentos.

¿Qué medicamentos pueden ayudar con las infecciones mamarias?

El tratamiento de la mastitis también se lleva a cabo mediante aplicaciones externas: enfriamiento y compresas especiales. Las medidas generales a menudo se prescriben con bromocriptina.

La bromocriptina es un bloqueador de la hormona femenina prolactina, que reduce efectivamente la actividad del tejido glandular.

Si la terapia con medicamentos no es suficiente, puede usar antibióticos a discreción del médico. El uso de medicamentos antiinflamatorios, por ejemplo, con diclofenaco, promueve la curación de los tejidos. En presencia de pus y fístulas, un procedimiento de operación es inevitable.

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